Desde 2005, luego de un difícil divorcio, la depresión me llevó a comer mas de la cuenta.
El saldo finalizando 2006 era de 30 kilos de sobrepeso, que ya no era sobrepeso si no obesidad. Esto sumado a una fuerte carga laboral hizo que comer se volviera una salvación en momentos de extremo estrés.
Desde entonces mi vida era una dieta interminable. Probé todo tipo de dietas y tratamientos. Lograba bajar entre 5 y 10 kilos, pero luego volvía a recuperar el peso y hasta con kilos adicionales.
Pasé de ser talla 8 a talla 18. Ir a los almacenes era una verdadera tortura por aquello de que la talla XL o XXL es escasa en un país donde se promociona el modelo escultural de tallas 4 y 6.
También encontrarse con amigos y familiares que te recordaban a cada momento lo gorda (fea) que estaba… Y lo pesada, porque estar gordo te hace lento y poco coordinada.
La autoestima también estaba por el piso y lo peor era mirarse en el espejo y encontrarse con una persona completamente distinta a la de hace pocos años.
No me gustaba salir mucho y lo curioso es que aún sabiendo el daño que me hacía, no paraba de comer helados, hamburguesas, papitas, bandeja paisa y todo lo que engordaba.
Un día, cansada de esta situación decidí darle un giro a mi vida. Fue en julio de 2011 cuando visité al Grupo de Obesidad de la Clínica Medellín y consulté todo sobre el Balón Intragástrico. No quería liposucciones o cirugías difíciles.
El equipo liderado por el Médico Héctor Vargas me explicó el procedimiento y me arriesgué.
Los primeros días hubo vómito y cólicos. Pero luego todo fue fácil: comer lo que me permitía el balón, dieta sana y ejercicio.
Al mes no sentía mucho los cambios y pensé que no bajaría y que no lo iba a lograr. Pero hoy, 9 meses después, he perdido 27 kilos. Pase de 87 a 60.
El balón me lo retiraron hace 3 meses y seguí juiciosa con la dieta y el ejercicio, porque ya mi cuerpo se acostumbró a comer y a vivir sanamente.
Me siento bien conmigo misma, me canso menos caminando en la calle, me gusta ir de compras, salir y divertirme. Pero es claro que ahora tengo un nuevo estilo de vida que debo mantener para no volver a estar gorda.
Liliana
Paciente Balon Gastrico
*El testimonio ofrecido es una experiencia personal de quien lo escribe. Los resultados pueden variar de paciente a paciente
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