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Hoy culmino un tratamiento de 7 meses, sintiendo una enorme satisfacción al saber que en mí cambiaron los hábitos alimenticios y ahora llevo un estilo de vida saludable, de la mano de la actividad física y el buen comer.
Al principio hubo muchas dudas acerca de la efectividad del tratamiento, siempre pensaba: “¿Y si no funciona?”. Hasta el día en que decidí dejar de leer las experiencias de otros pacientes y comenzar a vivir mi propia experiencia.
Tengo 31 años y fueron muchos los intentos por lograr alcanzar el peso ideal: Pastillas, masajes, dietas mal balanceadas, alguna vez ingrese al gimnasio y nunca obtuve un resultado tan contundente como con el balón gástrico.
Después de mucho buscar, estuve a punto de una cirugía estética que no me convencía completamente, pero parecía ser la forma más rápida y eficaz. Hasta el día en que visité al Dr. Vargas, una persona con una calidad humana excepcional y un equipo de trabajo cálido, amable y con toda la disposición para hacer que en tan solo una cita uno diga: Si, esto es lo que necesito.
Tras la colocación del balón, vinieron los días más difíciles, cuatro tal vez, cinco días en los que fue esencial el acompañamiento de Natalia, Cristina y Karen quienes con sus consejos y palabras de aliento me ayudaron a no desistir. Superados esos días fui aprendiendo que comer sano no es aguantar hambre y que hacer ejercicio no es aburrido.
Los resultados comenzaron a hacerse notorios y no hay mayor motivación para este proceso que cuando tu esposo, tu familia, tus amigos comienzan a darte el reconocimiento por el esfuerzo que se está haciendo. Poco a poco vinieron los cambios, que NO solo se limitan a cambios físicos, pues mi autoestima aumentó, mis estados de ánimo mejoraron y cambió mi forma de ver la comida. Hoy no sólo me veo diferente sino que me siento diferente.
Comencé pesando 88 kilos y hoy 7 meses después he perdido 32 Kilos. Actualmente peso 56 kilos y me siento vital, me siento feliz.
Cabe aclarar, que el balón por sí solo no es milagroso, debe existir un compromiso total para incorporar al día a día las rutinas de ejercicio, identificar los lugares “sanos” que nos ayudarán a sacar adelante este proceso, tales como restaurantes.
Hoy me invade un sentimiento de orgullo, porque logré un propósito que algún día pensé que no iba a ser capaz de conseguir.
Tal vez no tenga las palabras suficientes para agradecer al Dr. Vargas pero creo que bastará con decirle GRACIAS por abrirme la puerta de una nueva oportunidad.
Jennifer C.
Paciente Balón Gástrico
*El testimonio ofrecido es una experiencia personal de quien lo escribe. Los resultados pueden variar de paciente a paciente